Una tromba de pedrisco golpeó ayer con fuerza a la agricultura regional. Hasta 4.000 hectáreas de frutales podrían haberse visto afectadas por el granizo caído en las zonas de Cieza, Calasparra, Moratalla y Lorca, según una primera estimación realizada ayer por Cajamar y corroborada por fuentes de las organizaciones agrarias.
El secretario de agricultura de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Antonio Moreno, explicaba ayer que las 'víctimas' de esta tormenta son, principalmente, en la zona de Cieza y Calasparra, frutales como el melocotón, la nectarina y la ciruela; y en la zona de Lorca, hortalizas como la lechuga y el brócoli. En el primer caso, los frutos se encontraban, según Moreno, en el momento de floración, lo que podría haber aminorado, en cierta manera, los daños de esta inclemencia meteorológica.
Representantes del sector agrario de Cieza mostraron ayer su sorpresa por la precocidad de esta tormenta. No recuerdan en medio siglo una inclemencia semejante de granizo y agua a estas alturas de la temporada, a comienzos de marzo. La granizada caída este viernes por la tarde afectó principalmente a tres parajes agrícolas de la zona norte del término municipal ciezano, lindando con el territorio municipal de Calasparra. En algunas fincas, llegó a registrarse un espesor de entre cinco y seis centímetros de granizo, según el responsable del sector de frutas de hueso de Fecoam, Pascual Hortelano. Éste aseguró que los árboles frutales respetados por las recientes heladas en 'Las Cañadas', Quebrada del Galán y Morezno han sido ahora dañados por el granizo, que ha provocado daños importantes en la flor y los borrones.
Manuel Martínez, presidente de Coag Cieza, mostró ayer su preocupación por el modo en que este pedrisco influirá en la mano de obra ya que, avanzó, es posible que «no se vuelva a trabajar en estas zonas en los próximos 15 óp 20 días». Martínez no se atrevió ayer a hacer una estimación de la superficie afectada, pero sí auguró que ésta «será bastante amplia».
Igual que los toreros, los agricultores también son supersticiosos con algunas cosas. Los años bisiestos, casualmente, tienen mala reputación y se cuentan entre los hombres del campo por heladas, lluvias torrenciales o granizadas que han arrasado o dañado seriamente la cosecha. Así es que, por ejemplo y curiosamente, bisiesto tenía que ser aquel año 1980 de la mítica y terrible tormenta de la Virgen del Carmen en la que el cielo diluvió piedras de hielo del tamaño de huevos de gallina.
Cajamar Caja Rural ha dispuesto una línea de financiación especial de 100 millones de euros para atender las necesidades de los agricultores que se han visto afectados por este pedrisco.
Fuente: La Verdad de Murcia
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