Es fácil volver a la infancia admirando la exposición de Begoña Fernández Corbalán. La calasparreña se adentra en el mundo de Pinocho, Peter Pan, en el de princesas y manzanas envenenadas, para acercarnos a los cuentos clásicos a través de una exquisita colección de dibujos, realizados a mano, para los que ha utilizado una técnica tan sencilla como delicada, los lápices de colores. La muestra cuenta con unos treinta cuadros que habrían hecho las delicias del propio Perrault o de los Hermanos Grim. Sin caer en excesos y con unos tonos y líneas delicadas y suaves, la obra está en perfecta consonancia con la mirada y la interpretación que cualquier niño, de 0 a 99 años, pueda hacer de los cuentos que en tantas ocasiones hemos escuchado.
La exposición fue inaugurada por el alcalde de la localidad y la concejala de Cultura que coincidieron en señalar la satisfacción de ver expuesta, en la Sala del Comendador, una nueva obra de una calasparreña, de la que destacaron su talento. La licenciada en Bellas Artes estuvo arropada por familiares y amigos en la presentación.
Hasta el 30 de noviembre en la Sala del Comendador.
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