sábado, 13 de noviembre de 2010

Las falacias del entubamiento del Segura

Las pretendidas bondades del entubamiento de los caudales de abastecimiento que transcurren por el río Segura que promueve la Mancomunidad de Canales del Taibilla tiene su contrapunto en las falacias que ensombrecen la justificación del proyecto.
La primera de ellas se abandera en la protección de la salud pública, referida a la calidad del agua, que, sin embargo, carece del poder determinante con que se la presenta. Ni el riesgo de presencia de trihalomentanos ni el de sulfatos justifican la inversión y los daños medioambientales y sociales que el proyecto va a producir. El problema de trihalomentanos, centrado principalmente, en la ETAP de la Sierra de la Espada, se evitaría en gran parte cambiando la toma de aguas desde su ubicación actual en Ulea hasta el canal de la margen izquierda del post-trasvase Tajo-Segura y como prueba ya existen para otras potabilizadoras. Con ello se evitaría el contacto de las aguas pre-potables con los fangos del río Segura en el tramo entre el Azud de Ojós y Ulea, donde también se reciben vertidos de las industrias. Además, un adecuado proceso de potabilización permite eliminar, en todo caso, estas sustancias, lo que debe hacerse, por la MCT sin que sus omisiones deban servir para provocar alarma social que justifique el entubamiento. Si, como advirtió la autoridad sanitaria, han fallado en la eliminación de trihalometanos sólo cabe el reproche por las cosas mal hechas y exigir que cumplan con sus obligaciones y para ello, la Mancomunidad de Canales del Taibilla debe mejorar sus infraestructuras de potabilización a fin de ajustarse a las exigencias de calidad de agua de abastecimiento, cuidando que éstas se hallen lo más cerca posible de las poblaciones a las que abastece.
En cuanto a los sulfatos, es necesario que cese la manipulación informativa que atribuye su presencia al paso de las aguas trasvasadas por el río Mundo, desde el embalse de Talave hasta el de Camarillas. Las aguas ya vienen con altas concentraciones de sulfatos desde la cabecera del Tajo y su contaminación en la cuenca del Segura es mínima en relación con la que traen, especialmente las que proceden de embalse de Buendía. De modo que el miedo a los sulfatos tampoco es un buen argumento para justificar el proyecto pues lo que en realidad pretende la MCT es cambiar el agua de calidad deficiente que recibe por la de la cuenca del Segura, mucho mejor que ésta y que no le pertenece.
En la ciudad de Albacete, abastecida también con agua del trasvase, se ha planteado el mismo problema de sulfatos y la solución adoptada ha sido instalar una planta desaladora de baja presión para eliminar esta sustancia. Lo que se puede aplicar también a la cuenca del Segura sin que, por tanto, sea necesario el entubamiento.
Nadie discute que el agua de abastecimiento que viene del Tajo, deba destinarse exclusivamente a este uso pero no se puede obviar la función medioambiental que cumple al circular por los ríos Mundo y Segura según ordena el Plan Hidrológico de la cuenca del Segura.
Y es que es innegable que el aporte de estas aguas al flujo del río Segura permite recuperar en parte los caudales naturales que el mismo tenía antes de su drástica disminución desde los años 80. Si se le quitan, como pretenden la MCT y la Confederación Hidrográfica del Segura, se producirá un aumento progresivo de la salinidad de sus aguas que, en las frecuentes épocas de sequía, convertirán el cauce en un saladar. Lo que afectará a todos los aprovechamientos especialmente de forma agresiva a las vegas media y baja.
En cuanto al abastecimiento a Jumilla y Yecla, una derivación desde el embalse de Talave, por gravedad, sería más eficaz que la contemplada en el proyecto, con menor coste energético y, por tanto, menor precio del agua que se suministre a esos municipios y así evitar la mezcla del sistema concesional.
Con actuaciones puntuales como las enunciadas no cabe duda que la calidad de agua de abastecimiento quedaría suficientemente asegurada hasta para 'embotellar' sin necesidad de ejecutar este proyecto 'chapucero' y 'absurdo' que no sabemos a qué oscuros intereses responde y que, sin duda, encarecerá injustificadamente el precio de agua en nuestra Región, ya muy elevado.
Además, provocará daños irreparables al medioambiente cuya mayor afección sobre el medio natural se dejará sentir, derivada del notable decremento de caudal circulante, se producirá en el cauce del río Segura, en el tramo mejor conservado y con mayor valor ambiental de la Región de Murcia. Este cauce transcurre por la Reserva Natural 'Sotos y Bosque de Ribera de Cañaverosa', el espacio natural protegido 'Cañón de Almadenes', el LIC antes citado y la ZEPA 'Sierra del Molino, Embalse del Quípar y Llanos de Cagitán'. Afectará, al menos, a 24 especies de fauna, la mayoría de ellas incluidas en alguna figura de protección autonómica, nacional o europea.
Por ello sorprende que la Confederación Hidrográfica del Segura que debe velar por la conservación del medio ambiente acuático haya dado por buenas las falacias en que se apoya este proyecto dando la espalda a las exigencias medioambientales.
También es destacable la insensibilidad de los gestores del dominio público hidráulico a la oposición frontal de los ayuntamientos de Blanca, Abarán, Cieza, Calasparra, Moratalla y Fuente del Pino. Oposición que, acordada en los respectivos Plenos, se tramitó debidamente salvo en el caso del Ayuntamiento de Calasparra que desconocemos porqué no se ha hecho.
Oposición compartida por la Comunidad Valenciana, regantes de toda la cuenca del Segura, asociaciones ecologistas, vecinos que se ha manifestado y seguirán manifestándose hasta que se descarte la ejecución del proyecto.
Por otra parte, no se pueden olvidar los graves incumplimientos administrativos que hasta ahora se han producido en la tramitación del proyecto entre los que cabe citar la adjudicación de tramos del mismo sin estar aun aprobado. Anomalías administrativas que, al parecer, van a seguir produciéndose pues a esta alturas ya se habla del un nuevo proyecto cuya oportunidad no se puede comprender si tan bueno era el anterior. ¿Es que existe voluntad política de convertir el río Segura en un saladar?, ante la evidente no necesidad del proyecto.
Este es el planteamiento de las Juntas Centrales de Usuarios que presido y que como expresión soberana de sus integrantes defenderemos en todo lugar y momento. Defensa en la que participaremos con toda la sociedad afectada por el entubamiento que, sin duda, rechaza y va a seguir rechazando la ejecución de un proyecto innecesario e inoportuno. 
Fuente: La Verdad

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