La Consejería de Agricultura y Agua ha culminado las actuaciones de  emergencia en las zonas incendiadas el pasado 7 de septiembre de 2010 en  la solana de la Sierra del Molino, en el término municipal de  Calasparra, que afectaron a 580 hectáreas de terreno forestal. El  consejero Antonio Cerdá visitó hoy estas zonas para supervisar los  trabajos realizados en una primera fase, que han supuesto una inversión  de 197.000 euros.
 Cerdá destacó que, tras el incendio, "se llevaron a cabo una serie  de actuaciones prioritarias, tales como retirar las maderas quemadas y  eliminar los residuos forestales, cortar los pies muertos y limpiar y  podar los vivos, con el fin de evitar la proliferación de plagas".
  El consejero añadió que "el debilitamiento que se produce en los  sistemas forestales después de un incendio aconseja adoptar medidas de  protección fitosanitaria, a corto y medio plazo, contra defoliadores y  perforadores". Entre las obras realizadas citó también la construcción  de hidrotécnicas, como albarradas y fajinas, "muros de contingencia  vegetal que sirven para fomentar la estabilidad del terreno frente a las  escorrentías y evitar la erosión".
El responsable autonómico señaló que "se ha respetado la vegetación  natural existente tras el incendio, ya que algunas pequeñas manchas  forestales se han salvado de las llamas y serán un factor clave en la  regeneración de la zona". Al respecto añadió que "habrá que dejar pasar  un tiempo para que el monte se autoregenere".
Entre los años 2012 y 2015 la Dirección General de Patrimonio Natural  y Biodiversidad acometerá la segunda fase de las actuaciones. En dicha  fase llevará a cabo trabajos selvícolas en la mayor parte de la zona  afectada por el incendio para favorecer el desarrollo de las especies  vegetales allí presentes. Asimismo plantará especies autóctonas en  aquellas zonas en las que la regeneración natural sea escasa o nula y  realizará cortafuegos para prevenir el riesgo de nuevos incendios.
Tras el incendio de 1991
Cerdá señaló que la Consejería también lleva a cabo desde marzo del  pasado año el proyecto de restauración del hábitat degradado en el  entorno del Lugar de Interés Comunitario (LIC) Sierra del Molino y  Embalse del Quípar, con un presupuesto de 447.500 euros. Dicho proyecto  incide en la zona afectada por el incendio forestal ocurrido en 1991,  que arrasó unas 800 hectáreas, que no coinciden con la superficie  quemada en 2010.
La Dirección General de Patrimonio Natural y Biodiversidad ha  realizado actuaciones selvícolas de claras y podas, así como  repoblaciones de pinos y matorrales, con el fin de optimizar el  crecimiento de la masa forestal y potenciar su protección y  conservación.
El consejero señaló al respecto que "la regeneración natural de pino  carrasco tras el incendio produjo el nacimiento de un importante número  de plántulas, con valores de densidad variable, que alcanzan hasta  10.000 pies por hectárea". No obstante, añadió, "en determinadas zonas  hay que complementar esa regeneración natural con repoblaciones de  diversas especies autóctonas, para garantizar el desarrollo adecuado de  la masa de pinar en las umbrías de la Sierra del Molino y proteger el  suelo de la erosión hídrica".
Las repoblaciones se han llevado a cabo en un total de 40,8 hectáreas  de zonas con ausencia de regenerado, utilizando especies como pino  carrasco, lentisco, espino negro, albaida, coscoja, enebro y sabina  mora, entre otras.
Fuente: Noticias de la Región de Murcia 
 
 
 
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