Supongo  que, a estas alturas, ya hay muchas personas de la comarca y  especialmente de Calasparra, que saben bastante del proyecto de  entubamiento de caudales del río Segura desde el Cenajo a las ETAP de  Campotéjar y Sierra de la Espada. Gracias a la iniciativa de la  Plataforma en Defensa del Río Segura, que organizó una Asamblea Popular  en el Auditorio de Calasparra, fue posible dar información, formular  preguntas para resolver dudas y expresar opiniones, cosas todas ellas a  las que tenemos derecho por el simple hecho de vivir en una sociedad  democrática.
 Algunos de los que estamos participando en esta Plataforma sabemos de  antiguos intentos de entubar parte de los caudales del río. Quizás el  más sonado fue el famoso proyecto de la Rambla de Benito, allá por el  año 1990.
 Afortunadamente, con buen criterio por parte de la administración y de  la población, que esta vez si fue escuchada, aquél disparate se aparcó.  Los argumentos medioambientales fueron decisivos y la participación  ciudadana que los defendió de gran trascendencia.
 En el año 2000 este mismo proyecto fue resucitado y se paralizó de nuevo  por la oposición, entre otros, del Ayto de Moratalla, según se indica  en las alegaciones que se presentan al Estudio de Impacto Ambiental.  Parece ser cuestión de décadas.
 Viendo estas cosas, y otras más lejanas, que nos cuentan algunos mayores  y los distintos documentos, especialmente el BOE, parece como si  existiera un terrible dragón con poder de regeneración de su cabeza. Se  la cortamos y enseguida aparece otra, Eso sí, cada vez más refinada y  con maquillaje de los nuevos tiempos.
 No está de más recordar brevemente este nuevo proyecto, por cierto poco  divulgado en el 2007, fecha en que aparece en el BOE. Hasta que sale el  que consideramos incompleto Estudio de Impacto Ambiental el 25 de  febrero de 2010 seguíamos sin saber casi nada. Algunos ayuntamientos  presentaron alegaciones al mismo, quedó algún otro que parece ser llegó  tarde y no cumplió el plazo marcado. La administración regional y los  grupos ecologistas consultados envían sus aportaciones, algunas bastante  completas e interesantes. Se rechazan casi todas y empieza a removerse  la indignación.
 Los que saben algo promueven la Plataforma que intenta ir algo más allá  de la oposición a este proyecto, de ahí la denominación que toma de  “defensa del río”.
 El proyecto en sí, resumido al máximo es el siguiente:
Objetivos:  Mejorar la calidad del agua de beber, reducir las pérdidas por  evaporación y filtración, incorporar a la mancomunidad de canales del  Taibilla los municipios del Altiplano, es decir Jumilla y Yecla. Todo  ello contando con que el agua a detraer es los 131 hectómetros cúbicos  que, para usos humanos, se nos tienen asignados en el trasvase  Tajo-Segura.
 Para  conseguir estos objetivos se plantean unas grandes obras cuyo valor es  en principio de 120 millones de euros y para ello se cuenta con un 50%  de fondos europeos, aún sin solicitar por los organismos  correspondientes.
 Obras a realizar:
• Conducción troncal de 70,9 km (Cenajo-Campotéjar y Sª de la Espada)
• Conducciones secundarias o ramales hacia canal de Moratalla- Cartagena (19,7 km) y ramal del Altiplano (25 km)
• Una gran ETAP en el Cenajo
• Varios depósitos y acueductos.
• Tunel del Chopillo de 6 km. y con un diámetro exterior de 3,70 m
• Cuatro instalaciones de recuperación de energía.
• 9 estaciones de bombeo
• Otras obras complementarias.
• Conducción troncal de 70,9 km (Cenajo-Campotéjar y Sª de la Espada)
• Conducciones secundarias o ramales hacia canal de Moratalla- Cartagena (19,7 km) y ramal del Altiplano (25 km)
• Una gran ETAP en el Cenajo
• Varios depósitos y acueductos.
• Tunel del Chopillo de 6 km. y con un diámetro exterior de 3,70 m
• Cuatro instalaciones de recuperación de energía.
• 9 estaciones de bombeo
• Otras obras complementarias.
 De acuerdo todos en los objetivos, no tan de acuerdo en la forma de  llevarlo a la práctica, porque creemos que, sin entrar a cuestionar que  son los técnicos los que tienen que hacer su parte, también es bastante  cierto que la sociedad civil ha de participar en la toma de decisiones  de cuestiones, que suponen afecciones medioambientales, y elevados  costes que se obtienen de nuestra bolsa común.
 Lo último sobre el tema son los comunicados diversos en los que se nos  dice que el proyecto está paralizado. Hasta ahora son declaración de  intenciones porque en el BOE lo único que encontramos es que el 31 de  diciembre pasado se recoge el acuerdo de la Sociedad Estatal de Aguas de  las Cuencas Mediterráneas por el que se desiste de la adjudicación de  las obras correspondientes a la toma de la presa en el Cenajo hasta el  inicio del túnel del Chopillo. Esto es una cuestión puramente  administrativa, dado que el proyecto salió a concurso con los pliegos de  contratación de Aquasegura, sociedad que ha quedado absorbida por  Acuamed.
 Lo anterior nos ha dado un respiro y un espacio de tiempo para la  reflexión y nuevas acciones, pero el proyecto sigue en pie. Como alguien  decía en la reunión de la Plataforma “el proyecto está descabezado pero  no retirado”. Mientras no aparezca su derogación no podemos quedarnos  tranquilos.  Tal  como dice Manuel Buitrago en su artículo en La Verdad , es posible que  los partidos políticos quieran utilizar este asunto como arma electoral,  no en vano nos encontramos prácticamente inmersos en la campaña previa a  las elecciones de mayo próximo. Existirán otros intereses, no me cabe  duda, pero creo afirmar que muchas de las personas que andamos en este  compromiso, no tenemos más afán que hacer posible que el llamado  desarrollo no sea perjudicial para el futuro y el daño sea mayor que el  beneficio. Por otra parte también nos guía la preocupación por implantar  una mejor democracia con más transparencia y participación.
 Llegados a este punto y hurgando por hemerotecas y archivos encontramos  que hay un problema con el que no contábamos al principio, y que tampoco  se aborda en la DEIA, siendo un impedimento tan grave que, por sí sólo,  anularía todo el proyecto y el propio estudio.
 Tenemos un oleoducto que atraviesa el Cenajo, a 12 km.,en las colas,  aguas arriba, que también cruza varios cauces de otros ríos de la  cuenca. Disponemos también de alegaciones que se presentaron en su día a  este oleoducto, por ejemplo las de ANSE de Calasparra y las de algunos  regantes.
 En nuestro poder obra un informe de la propia CHS, firmado por técnicos  de la misma del año 2000, en el que, aún reconociendo que se han  adoptado medidas de seguridad, nadie puede evitar que pueda haber una  fisura, con la gravedad que ello supondría, para el agua que consumimos  una gran parte de la población regional y de provincias limítrofes,  proponiendo por ello fórmulas alternativas.
 ¿Y por qué es grave esta nueva aportación? No dudamos en absoluto de las  medidas que los técnicos de REPSOL adoptaron para garantizar al máximo  la seguridad de que no habrían fugas, pero también sabemos que nada  humano es infalible y que las leyes de la Naturaleza son a veces  caprichosas o no tan fijas como parecen. Tienen un margen de error.
 Decía mi abuela que “lo que no pasa en un año pasa en un día”. En efecto  ¿quién nos asegura rotundamente que no puede producirse una fuga y  contaminar las aguas? ¿Qué habría que hacer entonces? ¿Vaciar el  pantano? ¿Dejar que bajase el agua y contaminar los suelos y llevarlo  hasta…Guardamar, porque el río no desagua en el mar?
 Por si fuera poco en este momento asistimos a la construcción de un  nuevo oleoducto que discurre prácticamente paralelo al anterior, sin que  nadie se haya opuesto al mismo y sin que se haya visto la posibilidad  de que pase por otras zonas que no sean áreas protegidas. Cuestión de  dinero, como siempre. Debe ser este el itinerario más económico. Con  este breve texto hemos pretendido informar y aclarar algunas cosas.
 Reiteramos nuestra adhesión a los objetivos pero dejando claro que,  desde nuestra perspectiva de cuidar el río y todo el entramado social,  cultural y ambiental que el mismo crea como vertebrador de nuestra  región, nos preocupan proyectos faraónicos en los que muchas veces  estamos viendo intereses extraños que ponen como excusa la mejora de la  calidad de vida. Por ello apostamos por actuaciones más sencillas que  produzcan el mismo efecto beneficioso con menos costes económicos y  medioambientales. Y aunque bastante se ha hecho aún nos quedan muchas  parcelas por desarrollar para mejorar el agua de nuestros ríos.
 En esas estamos y creemos que es un momento trascendental, porque si  para algo debe servir una crisis es para ver qué cambios son necesarios  en la sociedad y poner a funcionar un don gratuito de los seres humanos:  la imaginación.
(*) Ángeles Trujillo forma parte del equipo de portavoces de la Plataforma en defensa del Río Segura, de Calasparra, en representación de Ecologistas en Acción.
Fuente: Murcia Confidencial 
 

 
 
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