Diez grupos de empresas se han  interesado ya por el trazado entre Caravaca y Calasparra, que será  el  primero en salir a licitación el mes que viene  
La Consejería de Obras Públicas ha decidido dividir las  tres nuevas autovías que tiene en proyecto, las del Este  (Yecla-Santomera), del Norte (Caravaca-Jumilla) y  del Oeste  (Lorca-Caravaca), en quince tramos de alrededor de unos 10 kilómetros de  longitud cada uno para favorecer así la competencia empresarial cuando  las saque a concurso y rebajar con ello el coste de su construcción.
La intención del consejero José Ballesta es financiar las  tres autovías, cuyo presupuesto total ronda los 750 millones de euros,  por medio del denominado sistema alemán, según el cual las empresas  adjudicatarias asumen el coste de las obras y la Administración regional  se lo paga en varios años a partir de la conclusión de la  infraestructura.
El inconveniente de este procedimiento, empleado en  tiempos de penurias económicas como el actual, es que encarece el coste  final del proyecto, pero tiene la ventaja de que permite seguir  realizando obras públicas y pagarlas a plazos.
 Concurrencia murciana 
La decisión de despiezar las tres futuras autovías en  tramos pequeños facilitará también la participación en los concursos de  las empresas constructoras murcianas, que en ocasiones se han quejado de  sus problemas para competir en los grandes proyectos con las  principales compañías nacionales del sector.
De hecho, una decena de grupos empresariales, entre ellos  varios radicados en la Región, se han interesado ya por el primero de  los quince tramos que saldrá a licitación: el que unirá Caravaca y  Calasparra, perteneciente a la autovía del Norte.
Este tramo, de unos 20 kilómetros de longitud y un coste  inicial de aproximadamente 90 millones de euros, «saldrá a concurso en  un mes», explicó el consejero de Obras Públicas. Contando con los tres  meses de plazo para la presentación de ofertas, más los que serán  necesarios para el estudio de las plicas y la  adjudicación del  proyecto, se prevé que las obras se inicien a comienzos de 2012 y se  concluyan dos años después. La Comunidad pagará los 20 kilómetros de  nueva autovía entre Caravaca y Calasparra en seis años a partir de su  entrada en servicio, en 2014.
«La idea -señala Ballesta- es ir sacando nuevos tramos de  autovía a partir de 2012, en función de las disponibilidades  presupuestarias».
La delimitación de cada uno de los quince trazados se ha  realizado, según el consejero, para que puedan entrar en funcionamiento  de forma autónoma, por lo que el hecho de empezar las obras con una  parte de la autovía del Norte no significa que sea ésta la primera que  se concluya.   
La Consejería no ha decidido aún cual será el siguiente  de la lista en salir a concurso, pero uno de los que tiene más  posibilidades es el primer tramo de la autovía del Oeste, el que va de  Caravaca al río Quípar, dada la elevada intensidad de tráfico que  soporta este trayecto (unos 12.000 vehículos al día), según explica el  director general de Carreteras, José Guijarro.
El principal criterio para elegir el orden de ejecución  de las distintas partes en que se han dividido las tres autovías será la  rentabilidad social, por lo que cada proyecto incluye un estudio sobre  su viabilidad socioeconómica.
Según estos estudios, los índices de rentabilidad del  primer tramo de autovía que saldrá a licitación, el de  Caravaca-Calasparra, son superiores a los de otras autovías ya  realizadas por la Comunidad Autónoma, como las de Totana-Mazarrón, pero  es inferior a la de Santomera-San Javier.
Ballesta califica de «obsesión» el interés que su  departamento ha puesto en garantizar que las inversiones públicas que se  realizan en nuevas autovías estén justificadas  por su rentabilidad  económica y social.
Por esta razón trata de cerrar desde hace meses un  acuerdo con el Ministerio de Fomento para construir el tramo entre  Zeneta y Santomera que dará continuidad a la ya concluida entre San  Javier y Zeneta, conocida como 'la autovía del bancal' por concluir de  forma abrupta en una explotación agrícola.
La construcción de este pequeño tramo, de apenas 10  kilómetros, con el que se concluiría la conexión por autovía del Mar  Menor con la A-7, la asumió el Ministerio de Fomento, pero su alto  coste, que ronda los 110 millones de euros a causa del viaducto de 4  kilómetros que incluye, está retrasando la ejecución.
La Consejería de Obras Públicas trata de comprometer al  Ministerio para ser ella la que se haga cargo de la licitación y  contratación del tramo y que Fomento lo pague en tres o cuatro años. 
Fuente: La Verdad 
 
 
 
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