viernes, 4 de noviembre de 2011

El primer recorte

La cuenca del Segura, caracterizada por una irregularidad hídrica extrema, ha contemplado desde antiguo el surgimiento de numerosos proyectos que perseguían, principalmente, acrecentar y regularizar los caudales insuficientes del río.
Este objetivo constituyó la esencia de la actuación hidráulica desarrollada en el siglo XX, cuya construcción más importante fue la del trasvase Tajo-Segura. Entonces, la obra fue aclamada. Hoy en día, continúa sustentando a miles de familias agricultoras de Cieza, Calasparra, Archena, Fortuna,… A los productores alicantinos de Orihuela, Albatera, Elche,… En resumen, esta infraestructura permite que miles de ciudadanos de 26 municipios de la provincia de Alicante, 22 murcianos y 6 de Almería tengan un trabajo.
El agua y, en concreto, los aportes del Tajo-Segura, son nuestra vida. El Partido Popular debe ser consciente de que les estarían condenado a la miseria más absoluta si permite que triunfen los postulados antitrasvase de Castilla La Mancha. El precio a pagar, como observan, es muy alto. Por supuesto, también entra en juego la pérdida de confianza de los agricultores que se han mostrado a favor de los populares, convencidos por la incesante promesa de que nos traerían el agua que necesitamos.
Como podrán ver, yo no cambio. ASAJA Alicante conmemora ahora 30 años de existencia y podemos decir con orgullo que siempre hemos transitando en la misma dirección, siguiendo la misma línea. Siempre defendimos el trasvase del Ebro, tanto si lo propuso el PSOE, como si lo hizo el PP. No todos pueden decir lo mismo. Siempre hemos reclamado agua y siempre lo haremos, pero en cantidad y calidad suficiente y a un precio adecuado (espero que las comunidades de regantes sean ahora más conscientes que nunca de la imperiosa necesidad de no incrementar los costes.
Saben que los productores lo están pasando realmente mal con la crisis implacable de los precios en campo). Agradezco, sinceramente, la actitud de determinados políticos que han defendido con uñas y dientes nuestro trasvase durante estos días. Sin embargo, lamento profundamente que a otras organizaciones y formaciones partidistas se les vea una vez más el plumero. Deseo recordarles que aquí, aunque apenas tengan representatividad, sólo están para tratar de frenar los abusos y cubrir las necesidades, como las del agua, que es el elemento imprescindible para garantizar la prosperidad y que la agricultura no se extinga. Ése es su único y verdadero leit motiv.
Les animo a cambiar de actitud cuanto antes y a no tildar de mentira, error o montaje las noticias o los hechos en los que ellos no han querido o no han podido participar. Deben dejar cuanto antes las prácticas absurdas relacionadas con aquello de ‘donde dije digo, digo Diego’.
De nada vale que se manifestaran en contra del trasvase del Ebro en 2004 y que posteriormente, traten de convencernos de lo contrario. El PSOE durante estos siete años ha traído la ruina más absoluta, el desprecio al sector agropecuario y ni una sola gota de agua. Deberían aprender a respetar y saber que los agricultores ni somos tontos, ni nos chupamos el dedo, precisamente. Hay que tratar de mantener una máxima que nunca debería faltar en la vida: la coherencia. 
Aunque las anteriores argucias nos han indignado, el verdadero motivo que me ha impulsado a escribir estas líneas no es la búsqueda del enfrentamiento, sino justamente el contrario. Mi única pretensión es que de aquí en adelante todos permanezcamos unidos en la defensa del trasvase Tajo-Segura. Deben ser conscientes de que si lo anulan, morirá de sed la agricultura de mi querida Vega Baja y otras muchas comarcas. No me sirve de nada que la secretaria general del PP sea la presidenta de Castilla La Mancha.
Tampoco me vale que me digan que queda reconocido que hay que conectar las cuencas deficitarias con las excedentarias. ¿Cómo se creen que se hace esto tan bonito, por vía ADSL? Olvidemos de una vez por todas los cansinos eufemismos políticos y llamemos a las cosas por su nombre. Hay que citar claramente, explícitamente, la necesidad de mantener los trasvases existentes y potenciar la llegada de más aportes externos con la construcción del trasvase del Ebro.
Quizás ahora no es el momento de acometer este proyecto, falta dinero. Pero sí urge que se establezca una política hídrica nacional que contemple la necesidad de construirlo, es decir, restablecer la primera versión del PHN. Y hablando de perder dinero, si finiquitan el trasvase Tajo-Segura, dejaremos pudrirse una obra de grandes dimensiones y, lo que es aún peor por la situación que atravesamos, Alicante pederá casi 600 millones de euros, teniendo en cuenta sólo el valor de la producción agraria percibido por los agricultores. Nuestras pérdidas serán mucho mayores, catastróficas realmente, teniendo en cuenta las exportaciones.
Debemos garantizar y blindar el presente y el futuro de la provincia y de las miles de familias que se mantienen gracias al Tajo-Segura, lo demás no importa. Estimado señor Marino Rajoy, a los agricultores no nos convencen con las palabras, sólo con el agua. Espero que su partido, que puede ganar las elecciones, nunca olvide su incesante promesa. 

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