domingo, 9 de septiembre de 2012

Recarga de energía: Amaral le pone las pilas al público en Calasparra


Dos horas y media de concierto, casi treinta temas, todo el repertorio de “Hacia lo salvaje”,  más de tres mil personas y mucha energía.  Es el balance del concierto de Amaral en Calasparra. Una gira con la que el grupo zaragozano está a punto de cumplir un año (en octubre).
Tras su arrollador paso por Logroño (¡no hay billetes!), Amaral venía a Calasparra para cumplir con el municipio que le abrió su corazón allá por el 98, cuando comenzaba. Así lo ha recordado sobre el escenario Eva Amaral. Un guiño al público calasparreño que,  ya falto de energía por ser el último día de fiestas, esperaba entusiasmado y expectante la aparición de  Eva y Juan, pero también de Chris, Toni y Jaime, sobre el escenario. ¡Estamos a punto de ver el resultado de seis discos y catorce años!
Nada más entrar en el municipal de la Caverina de Calasparra y ver el escenario de la gira “Hacia lo Salvaje” caemos en la cuenta. Estamos en un campo de preferente viendo a un grupo de primera. El municipio del arroz ha vuelto a acertar de lleno, como cabía de esperar.
Puntuales a su cita, unos acordes y el griterío dan paso al tema Hacia lo Salvaje. La llama se enciende. Es el primero de un largo repertorio (casi treinta canciones), que va y viene por los distintos trabajos del grupo. “El universo sobre mi”, “Montaña Rusa” “No se qué hacer con mi vida”, “Cómo hablar” o “Días de Verano”,  dos últimas con las que,  especialmente,  el público se vino arriba, se fueron sucediendo en un concierto “eléctrico, cañero y salvaje”. Canciones emblemáticas que ya forman parte de la sintonía de nuestra vida pero,  por encima de todo,  los temas del último disco. Una descarga que entra por la vista y el oído.
Expectación por el duelo Amaral/Aguirre, unos minutos que comparten ellos solos  con sus acústicas y donde destaca el recuerdo para la “dama del poncho rojo”, Chavela Vargas (Rogaciano, el huapanguero).
Pero la noche trae alguna sorpresa más y  Amaral regala una joya. La versión del Have you ever seen de rain de la Creedence,  y el público ya es suyo por completo. Por si esto fuera poco,  nos espera un final de traca. “Revolución” enciende al público y Amaral se va para volver una más y mecernos con la marea. Ahora sí, se encienden las luces. Mientras nos vamos,  Amaral nos hace recordar a Sancho Gracia, el por siempre Curro Jiménez, con la mítica sintonía de la serie  para después dejarnos a merced del coloso Henry Mancini, lo que nos recuerda que,  aunque faltan algunas horas para el desayuno,  no estaría nada mal tomar algo. Buscamos algún refugio,  no queremos que se apague la noche. Unos buenos amigos, unas risas, un poco de charla,  un intercambio de emociones sobre el concierto y …a soñar.
¿Se podría pensar en una fuente de energía más limpia?

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