La familia del joven de Torrevieja Francisco Javier León Sánchez, muerto el 16 de enero de 2006 en Cieza (Murcia) por disparos de un efectivo de la Guardia Civil que trataba de localizar a los autores de dos robos, pide 10 años de cárcel para ese agente, al que acusa de un presunto delito de homicidio imprudente. Por su parte el fiscal, en el escrito de conclusiones provisionales, solicita dos años de prisión, al considerar que los hechos que acabaron con la vida del joven, que tenía entonces 21 años, son constitutivos de un presunto delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte. El juicio por estos hechos comienza mañana en un juzgado de lo Penal de Murcia.
El Ministerio Público señala en su escrito de acusación que el suceso se produjo en las inmediaciones de una gasolinera, ubicada en el término municipal de Cieza, cuando una patrulla de la Guardia Civil de esa población, que había recibido llamadas acerca de robos en las máquinas tragaperras, refrescos y zumos en dos bares de Caravaca de la Cruz y Calasparra, intentaba localizar a los autores de los mismos.
Al llegar a la gasolinera, los agentes observaron la presencia del coche que conducía el fallecido, al que acompañaban otros dos vecinos de Torrevieja, uno de ellos menor de edad. La Delegación del Gobierno en Murcia emitió en su día un comunicado pocas horas después de los hechos, en el que señalaba que éstos se produjeron cuando "el vehículo en el que viajaban los jóvenes, al darles el alto, se dirigió contra los integrantes de la patrulla y atropelló a uno de ellos, que resultó herido, por lo que sus compañeros repelieron la agresión".
Fuente: Información
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