Vivían en cuevas, se vestían con pieles y puede que descuidaran su higiene personal. Pero desde luego aquellos parientes lejanos no eran tan primitivos como podíamos pensar. Y, ni mucho menos, tenían un pelo de tontos, pese al aspecto tosco y desaliñado que ha llegado hasta nosotros. Sobrevivieron en un entorno hostil, en el que seguro que ninguno de nosotros hubiera aguantado entero ni media hora. Y aún tuvieron tiempo para dejarnos algunas obras de arte. Vamos, que hicieron honor a la especie 'sapiens sapiens'. Es la sensación con la que muchos visitantes abandonan el centro de arte rupestre, en Moratalla, tras recorrer sus estancias. Un espacio que hay que conocer no sólo para descubrir detalles de la vida de nuestros rudos antepasados, sino también por el entorno en el que se encuentra: un paraje de sierra de extensas pinadas, mucho aire puro y ningún ruido.
No tiene pérdida. El centro de arte rupestre Casa de Cristo, bien señalizado, se ubica a seis kilómetros de Moratalla por la estrecha y sinuosa carretera de Campo de San Juan. Vaya preparado para aprovechar todo el día, pues además de visitar (gratis y acompañado de un guía) la sala expositiva, en los alrededores existen sendas y caminos que se adentran entre la masa de pinos, ideal para oxigenarse con una regeneradora caminata. Y cuando quiera recuperar fuerzas, nada mejor que sentarse en el mirador y contemplar el valle y la vega, con el casco urbano de Moratalla a sus pies y la imponente sierra del Buitre a un lado.
Como ya se habrá percatado, esta excursión mezcla a partes iguales cultura y naturaleza, y es perfecta para toda la familia. Si acude con niños, no tenga dudas de que disfrutarán del entorno, derrochando vitalidad entre juegos y carreras. Pero también se entretendrán con los murales, recreaciones y objetos expuestos en el centro de arte rupestre, en cuyas salas se han colocado paneles para que, jugando, aprendan algo más sobre la prehistoria.
El recorrido por las dependencias, que ocupan un antiguo convento mercedario desamortizado en el siglo XIX y del que destacan los arcos del claustro y la ermita Casa de Cristo, permite realizar un viaje en el tiempo para retroceder miles de años y hacerse una idea de cómo vivían aquellos primos lejanos nuestros. A través de módulos, el visitante conoce de qué se alimentaban, cuál era el entorno en el que se movían, cómo cazaban y guerreaban, qué ritos practicaban cuando sus seres queridos morían y, por supuesto, sus manifestaciones artísticas. Todavía hoy quedan muchas dudas que resolver acerca de los dibujos que dejaron en las paredes de cuevas y abrigos. La Región de Murcia atesora un rico legado. El arte rupestre levantino, que tiene el reconocimiento de Patrimonio de la Humanidad desde el año 1998, es el 'estilo' más abundante en nuestra geografía, y el centro de Moratalla puede ser el primer paso para descubrir esta joya.
Si le ha entrado el gusanillo y está interesado en conocer más acerca de las pinturas rupestres, en el mismo museo le podrán dar el teléfono de algún experto que le acompañará hasta algunos de los yacimientos. En la Región existen más de un centenar, repartidos por Moratalla, Calasparra, Mula, Cehegín, Abarán, Cieza, Jumilla, Yecla, Totana y Cartagena. Ni que decir tiene que se trata de obras de extrema fragilidad, y que si se decide a visitar alguna de ellas debe ser sumamente respetuoso y seguir al pie de la letra las recomendaciones que les marque el guía.
El entorno del centro de arte rupestre cuenta con una pequeña área recreativa con bancos, mesas y barbacoas, por si quiere disfrutar de un picnic . También puede comer en la hospedería que hay junto a la ermita: carnes exquisitas y guisos como los de antes a precios razonables. Las vistas desde el comedor son impagables.
Fuente: La Verdad
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