Como el maravilloso sueño que supuso para algunos la adquisición por parte de Cofrusa (Mula) de las empresas Conservas Fernández (Calasparra) y Halcón Foods (Campos del Río) no se han cumplido, esperemos que por lo menos no lo hagan los peores augurios que ahora algunos vaticinan.
Todo comenzó con una operación mal planificada y que sorprendentemente fue en cierta forma avalada incluso por una organización sindical, con cláusulas que harían ruborizar a más de uno, descuelgue de convenio incluido. Una gestión que requería el aval de la Administración autonómica (el respaldo final fue de unos veinticinco millones de euros) y Cofrusa se comprometía a adquirir las empresas Conservas Fernández y Halcón Foods, las cuales vivían una situación difícil.
Las consecuencias de tan nefasta operación tardaron muy poco en salir a la luz: La empresa con sede en Calasparra pudo comprobar como todos sus trabajadores, unos cuatrocientos, tras varios meses de lucha y confrontación para cobrar sus finiquitos, pasaron a formar parte de la ya larga lista de parados. Incluso lamentablemente se está alejando la probabilidad de que la propia empresa, que a fecha de hoy pudiera tener bastantes posibilidades de reflotación, ya que dispone incluso de maquinaria moderna. Lástima que el Instituto de Fomento, el Info, no se ocupe más activamente de buscar esas alternativas a esta empresa en vez de perder tiempo y dinero con algunos sueños de grandeza.
La segunda empresa, Halcón Foods, que tenía una plantilla de unos 750 trabajadores, ha visto reducida su actividad a un carácter casi residual, y Campos del Río y sus alrededores empiezan a darse cuenta, y por desgracia a sufrir, de que el proyecto que les vendieron entre unos y otros no ha cubierto la peor de sus previsiones.
Y ahora le toca el turno a la empresa Cofrusa, santo y seña de la actividad económica de la Comarca del Río Mula. Sus trabajadores están viviendo una situación que algunos no se esperaban, y que exige actuar con eficacia y eficiencia.
Como las entidades financieras, sin un nuevo plan de viabilidad, siguen sin tener claro lo de soltar los veintidós millones que ahora pide la empresa, tenemos como resultado una situación de incertidumbre y, sobre todo, de un futuro a corto y medio plazo más que preocupante. Por eso, algunos se preguntan ahora donde está el anterior plan que iba a contribuir a garantizar el mantenimiento de más de mil puestos de trabajo.
La Administración regional, a través del Info, debería dar mayor prioridad aún a la resolución del conflicto, velando, sobre todo, porque las entidades financieras no jueguen con las miserias humanas y vengan a solicitar unas condiciones económicas y laborales para la concesión del préstamo que pudiera vulnerar los mínimos laborales exigibles.
Quizás sea hora de que la Administración regional compatibilice el sueño de la Ciudad de los Contenidos, de la Paramount y de seguir viendo,
domingo tras domingo, abandonando a los coches de fórmula 1 con pegatinas de Murcia No Typical, con la cruda realidad.
El sector agroalimentario junto al turístico y de servicios están llamados a liderar la recuperación económica regional, y las autoridades políticas
tienen la mejor y más clara oportunidad de demostrarlo en este momento, no sólo apostando por avalar este proyecto, sino implicándose en su reactivación, y esto tiene nombres: inversión, investigación, innovación y desarrollo; el Centro Tecnológico Nacional de la Conserva y Alimentación sigue sin cumplir las expectativas que se marcó en su nacimiento. Y muchos parados y paradas les están esperando con los brazos, no sólo abiertos, sino dispuestos a trabajar.
No es bueno para un sector tan importante para Murcia como el de la conserva que haya dudas que planeen sobre su viabilidad, y algunos deberían hacer algo lo más rápida y contundentemente posible antes de que la alarma social comience a ganar adeptos.
Todo comenzó con una operación mal planificada y que sorprendentemente fue en cierta forma avalada incluso por una organización sindical, con cláusulas que harían ruborizar a más de uno, descuelgue de convenio incluido. Una gestión que requería el aval de la Administración autonómica (el respaldo final fue de unos veinticinco millones de euros) y Cofrusa se comprometía a adquirir las empresas Conservas Fernández y Halcón Foods, las cuales vivían una situación difícil.
Las consecuencias de tan nefasta operación tardaron muy poco en salir a la luz: La empresa con sede en Calasparra pudo comprobar como todos sus trabajadores, unos cuatrocientos, tras varios meses de lucha y confrontación para cobrar sus finiquitos, pasaron a formar parte de la ya larga lista de parados. Incluso lamentablemente se está alejando la probabilidad de que la propia empresa, que a fecha de hoy pudiera tener bastantes posibilidades de reflotación, ya que dispone incluso de maquinaria moderna. Lástima que el Instituto de Fomento, el Info, no se ocupe más activamente de buscar esas alternativas a esta empresa en vez de perder tiempo y dinero con algunos sueños de grandeza.
La segunda empresa, Halcón Foods, que tenía una plantilla de unos 750 trabajadores, ha visto reducida su actividad a un carácter casi residual, y Campos del Río y sus alrededores empiezan a darse cuenta, y por desgracia a sufrir, de que el proyecto que les vendieron entre unos y otros no ha cubierto la peor de sus previsiones.
Y ahora le toca el turno a la empresa Cofrusa, santo y seña de la actividad económica de la Comarca del Río Mula. Sus trabajadores están viviendo una situación que algunos no se esperaban, y que exige actuar con eficacia y eficiencia.
Como las entidades financieras, sin un nuevo plan de viabilidad, siguen sin tener claro lo de soltar los veintidós millones que ahora pide la empresa, tenemos como resultado una situación de incertidumbre y, sobre todo, de un futuro a corto y medio plazo más que preocupante. Por eso, algunos se preguntan ahora donde está el anterior plan que iba a contribuir a garantizar el mantenimiento de más de mil puestos de trabajo.
La Administración regional, a través del Info, debería dar mayor prioridad aún a la resolución del conflicto, velando, sobre todo, porque las entidades financieras no jueguen con las miserias humanas y vengan a solicitar unas condiciones económicas y laborales para la concesión del préstamo que pudiera vulnerar los mínimos laborales exigibles.
Quizás sea hora de que la Administración regional compatibilice el sueño de la Ciudad de los Contenidos, de la Paramount y de seguir viendo,
domingo tras domingo, abandonando a los coches de fórmula 1 con pegatinas de Murcia No Typical, con la cruda realidad.
El sector agroalimentario junto al turístico y de servicios están llamados a liderar la recuperación económica regional, y las autoridades políticas
tienen la mejor y más clara oportunidad de demostrarlo en este momento, no sólo apostando por avalar este proyecto, sino implicándose en su reactivación, y esto tiene nombres: inversión, investigación, innovación y desarrollo; el Centro Tecnológico Nacional de la Conserva y Alimentación sigue sin cumplir las expectativas que se marcó en su nacimiento. Y muchos parados y paradas les están esperando con los brazos, no sólo abiertos, sino dispuestos a trabajar.
No es bueno para un sector tan importante para Murcia como el de la conserva que haya dudas que planeen sobre su viabilidad, y algunos deberían hacer algo lo más rápida y contundentemente posible antes de que la alarma social comience a ganar adeptos.
Fuente: La Opinión de Murcia
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