domingo, 13 de marzo de 2011

Infraestructuras, la inversión fundamental

En tiempos procelosos e inciertos surge en el ser humano la duda sobre la bondad y eficacia de sus acciones pasadas. Ahora tenemos la tentación de cuestionarnos los hechos del pasado reciente siendo excesivamente rigurosos en nuestro juicio. Hay un debate sobre las infraestructuras relativas al transporte, al agua, a las carreteras y a los puertos, y el no apreciar la valía de lo realizado nos conduce a mirar hacia el futuro con escepticismo.
Todas las actuaciones de los últimos años han sido muy útiles, provechosas y beneficiosas para todos los que habitamos en la Región. Esto es aplicable a lo ejecutado por todas las administraciones: Mancomunidad del Taibilla, Confederación, Dirección General del Agua, ayuntamientos, etc. porque todas lo han hecho bien, sus responsables y sus funcionarios. Tenemos grandes funcionarios, a lo hecho por ellos durante estos años me remito, y deben ser nuestro apoyo para superar los tiempos difíciles. La inversión en carreteras por la Comunidad Autónoma, por poner un ejemplo, puede estar entre el 2% y el 3% del presupuesto total de la misma; es ésta una cantidad pequeña para el beneficio que produce.
Pero volviendo a lo realizado, ¿es que podemos prescindir de la magnífica obra del Puerto de la Cadena?, ¿o no hacían falta las depuradoras que se han ejecutado? Todas ellas tenían su estudio de rentabilidad realizado por técnicos muy preparados, y en ellos debemos fundamentar la confianza de que fueron soluciones adecuadas; las autovías realizadas han duplicado los tráficos que tenían inicialmente. Indudablemente siempre hay alguna inversión que no produce el resultado deseado pero eso no puede frenar la apuesta que debemos hacer; en conjunto, el balance es más que satisfactorio.
Si queremos que la sociedad siga progresando tenemos que apostar por la inversión en infraestructuras, son ellas las que generan riqueza y beneficio. El estado de bienestar por el que hemos apostado es muy caro, el peso de toda la prestación social -sanidad, empleo y educación- es muy fuerte en el presupuesto, y la única forma de pagarlo es que las empresas aquí emplazadas sean rentables y ganen dinero, lo que se traduce en mayor recaudación de los impuestos que revierten en la sociedad. Para ello tendrán que tener unos costes menores que sus competidores, y sólo lo pueden lograr con dotaciones que realicen las administraciones gestionando nuestros impuestos.
Las nuevas infraestructuras en nuestro barrio, municipio, región, incluso país, resultan ilusionantes para la ciudadanía. No es una apreciación equivocada el hecho de que en ellas residen los tiempos mejores que a buen seguro llegarán. Tenemos a la vista unas actuaciones muy necesarias para los próximos años por las que debemos apostar e ilusionarnos: la necesaria y magnífica autovía que conectará Murcia con Jumilla y posteriormente con Yecla, la aportación de estas localidades a la industria, al PIB regional, y sobre todo sus gentes, merecen una inversión de este tipo; el aeropuerto, tan necesario para la promoción del turismo. Toda apuesta tiene un riesgo, ciertamente, pero no podemos pretender ser una potencia en ese sector y esperar su considerable aportación a nuestra economía si no tomamos una postura decidida por ello; la autovía Caravaca-Calasparra, que potenciará definitivamente la comarca, tras un primer paso que fue la también autovía del Noroeste; consideremos que hay un cierto desequilibrio entre sus carreteras situadas al norte de la ciudad de Murcia y las que se encuentran al sur, desequilibrio favorable a estas últimas. Por último el Puerto del Gorguel, ilusión por la posibilidad de crear puestos de trabajo durante generaciones para las gentes de La Unión y de Cartagena. Los nuevos movimientos en el Mediterráneo convierten a nuestra costa en un balcón privilegiado, ningún municipio está tan bien situado como los anteriores. Corresponde a los habitantes de las localidades citadas, y a todos los de la Región de Murcia, decidir si apostamos por ello o no. Pero me gustaría hacer algunas consideraciones: la gestión del Puerto de Cartagena en los últimos años ha sido brillante en todos los sentidos, tanto por su presidencia y su dirección, como por todos los que allí trabajan. Sería bueno que en la Región conociésemos los espectaculares resultados que ha tenido, multiplicando varias veces sus volúmenes de comercio. Un equipo como el que lo ha llevado a cabo merece toda nuestra confianza para la apuesta del Gorguel. Ellos, contando con técnicos de prestigio mundial, han verificado que ese emplazamiento es el más adecuado para dicho puerto; indudablemente tendrá su dificultad ambiental, y posiblemente urbanística, pero el hombre puede solucionarlo como ha hecho en otros lugares con resultados fantásticos. Debemos confiar en la integridad y buen hacer de técnicos especialistas en la materia. Creo que la compatibilidad con la regeneración de Portmán es absoluta. La zona logística anexa al puerto debe estar junto al mismo, y no en Los Camachos, en un intento de acelerar el éxito de este polígono. Hay que tener en cuenta que el producto que vende ese puerto es la logística, produciendo una ventaja competitiva a las empresas que en él operen y un valor añadido que quedará en su población.
En definitiva, corren tiempos de ser positivos, apreciar lo hecho, confiar en el trabajo de los profesionales y apostar por la inversión en infraestructuras. Lo hasta ahora realizado nos permitirá superar los momentos difíciles. 
Fuente: La Verdad

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