miércoles, 15 de septiembre de 2010

Se anuncia las primeras actuaciones de regeneración en la sierra del Molino

Los trabajos de regeneración de otras zonas incendiadas en la Región, como la de Moratalla o Calasparra, servirán de base para conseguir una "mejor recuperación" del área afectada por el incendio de la Sierra del Molino (Calasparra), que calcinó una superficie de aproximadamente 1.000 hectáreas.
Así lo ha afirmado en rueda de prensa el consejero de Agricultura y Agua, Antonio Cerdá, tras ofrecer los datos de la incidencia que ha tenido el incendio en Calasparra, sobre los valores ambientales y biodiversidad de este entorno forestal.
Cerdá, que ha estado acompañado por el director general de Patrimonio Natural y Biodiversidad, Pablo Fernández, y los jefes de servicio de este departamento que han realizado el informe, Juan de Dios Cabezas, Justo García, y Remigio Masiá, ha explicado que en la Región "se tiene una gran experiencia en cuanto a la regeneración de las zonas quemadas".
Y es que, ha recordado, "en la década de los 90 se produjeron dos incendios de gran magnitud en la comarca del Noroeste de la Región de Murcia, en concreto el de la Sierra del Molino, en Calasparra, en 1991, y el de Moratalla en 1994, que fue el de mayores dimensiones".
Actualmente, ha precisado, "hay vivos dos proyectos de regeneración de zonas quemadas que nos dan bastantes datos para abordar la recuperación de este espacio", al tiempo que ha subrayado que ha habido una "coordinación magnífica y una rapidez efectiva" para estabilizar un incendio que "era muy complejo, y evitar que los lugares paisajísticos más ricos de la zona se vieran afectados, como el de Almadenes, la cueva de los Monigotes, y el cañón del Quípar, que ha resultado dañado sólo parcialmente en su zona más elevada".
Valores ambientales afectados
En esta línea, el responsable de Medio Ambiente del Gobierno regional ha puesto de manifiesto que la zona calcinada en el año 1991 "no coincide con la superficie quemada tras el reciente incendio" y, por tanto, "no ha habido sobreposición práctica" en esta misma sierra, lo que supone "un factor favorable para la recuperación de esta zona".
Según el informe presentado por los técnicos de la Consejería, los valores ecológicos del área quemada "son elevados" porque cuentan con figuras de protección especial LIC y ZEPA, pero el "excelente trabajo de extinción ha permitido evitar un desastre ecológico mayor".
En concreto, el fuego ha provocado la desaparición de nidos de rapaces rupícolas, como el águila-azor perdicera, el águila real, el halcón peregrino y el búho real, así como de rapaces forestales, como el azor común, búho chico, busardo ratonero, culebrera europea y aguililla calzada. "Los adultos de estas especies estarán durante un período de tiempo adaptándose a otras zonas", ha indicado el responsable técnico.
Respecto a los espacios vegetales, las llamas calcinaron hábitats de pinares, matorrales, tomillares, pastizales, espartizales y vegetación de roquedos y yesares, y especies como pino carrasco, sabina, lentisco, esparto y teucrium. También ha afectado a los territorios de la fauna cinegética formada por cabra montés, jabalí, perdiz y conejo.
Actuaciones de regeneración
Por ello, tras el incendio de la semana pasada "será necesario llevar a cabo una serie de actuaciones para acelerar la recuperación de los ecosistemas afectados", entre las que destaca el hecho de que ya se están realizando trabajos en esta zona a través del proyecto de regeneración del incendio en la umbría de la Sierra del Molino del año 1991, que a partir de ahora se trabajará en un plan de recuperación de la zona afectada de la solana de la sierra.
El restablecimiento de la vegetación en la zona quemada dependerá del banco de semillas disponible en el suelo procedente de pinos y matorrales, de factores climáticos como fuertes lluvias y elevadas pendientes que pueden influir en la distribución de las semillas en el suelo, y de la recuperación del arbolado que se haya quemado parcialmente.
Las actuaciones se realizarán en dos fases distintas. La primera, que se llevará a cabo "de forma inmediata" en el período 2010-2011, consistirá en la eliminación de los árboles quemados para evitar las plagas que puede ocasionar el material vegetal quemado, también actuaciones de sujeción del suelo, tratamientos fitosanitarios y seguimiento de la evolución de la parte regenerada de forma natural.
La segunda fase, prevista para el período 2012-2015, consistirá en actuaciones de repoblación forestal en aquellas zonas donde no haya nacido arbolado, tratamientos selvícolas donde se haya regenerado en exceso, así como trabajos de prevención de incendios con la reparación de caminos y la ejecución de áreas cortafuegos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por participar en este blog.
Al hacer tu comentario respeta a las personas e instituciones sobre las que escribirás.
Los comentarios que no se ajusten a lo anterior no serán publicados.