miércoles, 18 de enero de 2012

Mueren más de 400 ovejas tras despeñarse por una pared en el Cañón de Almadenes


Más de 400 ovejas resultaron muertas tras caer por un acantilado del paraje de la presa de la Mulata, en la zona norte del Cañón de Almadenes, dentro del término municipal de Calasparra. Los hechos tuvieron lugar en la mañana del pasado miércoles cuando el ganado -del que es propietario un vecino de Calasparra- compuesto por unas 800 cabezas, se encontraba pastoreando en una de las sierras que bordea el cañón en su margen izquierdo, tal y como informó el díario 'La Opinión'.

Los infelices animales fueron retirados del lugar en camiones de gran tonelaje.
Al parecer, y según explicaron miembros de Protección Civil de Calasparra, las ovejas debieron asustarse por algún motivo mientras pastaban, por lo que iniciaron una huída que las llevó hasta el borde del precipicio por el que, de las alrededor de 800 piezas que componían el ganado, más de 500 cayeron al vacío, pudiendo salvarse unas 100, que amortiguaron el impacto entre los espartizales y matorrales existentes en el barranco.
Las últimas, alrededor de unas 20, quedaron apostadas en un acantilado de la sierra, donde tuvieron que ser rescatadas por voluntarios expertos en espeleología, entre los que se encontraba el ciezano Andrés Hurtado, Policía Nacional y miembro del Grupo de Espeleología de la Organización Juvenil Española (OJE), de Cieza. Hurtado explicó que los trabajos consistieron en desplegar varias cuerdas por las que, uno por uno, se fueron descolgando a estos animales tras atarlos debidamente. Felizmente, los espeleólogos pudieron culminar su tarea salvando la vida a todas estas ovejas.  
Durante tres días, el propio pastor, sus hijos, y voluntarios de Protección Civil de Calasparra, se encargaron de retirar del lugar los cadáveres, que fueron depositando en la explanada existente en la zona alta de la presa de la Mulata. Desde allí, grandes camiones fueron recogiendo a los animales muertos para someterlos a un tratamiento especial de eliminación de residuos. Al respecto, y tras la aparición de la enfermedad de las “vacas locas”, la ley es muy escrupulosa a la hora de tener que exterminar restos de ganado ovino en grandes proporciones, según explicó uno de los veterinarios que se desplazaron hasta el lugar de los hechos. «Todos los rumiantes muertos se consideran Materiales Específicos de Riesgo (MER), por lo que no pueden ser abandonados en cualquier sitio, debiendo ser tratados para evitar epidemias y otros riesgos», dijo.

Rastreo por toda la sierra
Distintas fuentes consultadas coincidieron en señalar que este suceso ha superado a instituciones públicas y privadas. De hecho, el alcalde de Calasparra, Jesús Navarro, tuvo que echar mano de los voluntarios del pueblo para proceder a la retirada de los animales muertos. Algunos de estos voluntarios permanecieron por espacio de tres días rastreando la sierra y buscando a las ovejas supervivientes. Sin embargo, la mayoría no lograron sobrevivir. En algunos casos, los voluntarios tuvieron que transportar, a mano, los animales en un trayecto de 300 ó 400 metros. Jesús Navarro fue, asimismo, el encargado de solicitar ayuda a los espeleólogos aficionados de Cieza y Calasparra que suelen frecuentar el Cañón de Almadenes.
Tras esta tragedia animal, el propietario del ganado, espera que Agroseguro y Mapfre, entidades con las que tiene contratado el seguro, puedan reponer las grandes pérdidas económicas que le supone la desaparición de gran parte del que, hoy por hoy, es el medio con el que se gana la vida.




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