sábado, 30 de junio de 2012

Sacerdotes y vecinos con inquietudes


El pasado viernes asistimos al acto de entrega de los premios Quórum a los valores humanos, a la vocación de servicio a los demás y al compromiso social. Tenemos que celebrar la feliz iniciativa de Luis Segado, de la empresa Quórum Administración de fincas y comunidades de propietarios, quien se dirigió a la Federación de Asociaciones de Vecinos de Cartagena y comarca para desarrollar este proyecto interesante y luminoso. El jurado formado por cinco presidentes de asociaciones de vecinos estudió las propuestas presentadas por los propios colectivos ciudadanos, dirimiendo que el premio a la persona lo recibiría Antonio Bermejo, el cura de la barriada de Vista Alegre, y el galardón a la institución recayera en la parroquia de San Diego, denominación popular, porque la correcta es Parroquia del Sagrado Corazón. Lo recibió su párroco Joaquín Ferrando, Kini.
Fueron entrañables las palabras del propio Luis Segado, de Leandro Sánchez y Juan Martínez, presidente y secretario, respectivamente, de la Federación Fernando Garrido, y claro está, la de los distinguidos de la noche. Antoñico Bermejo siempre se presenta como un cura obrero, por ello nos habló de lo mucho que aprendió de los campesinos de Calasparra y de La Paca, con los que compartió el sudor en el campo y la celebración de la fe en dichas parroquias. También marchó a la vendimia francesa y por fin recaló en Vista Alegre, en el año 1968, recién construido el barrio. Las primeras misas fueron en la panadería, pero pronto los vecinos se pusieron en marcha y edificaron durante fines de semana el templo parroquial, reconvertido según las necesidades en salón cultural, y otras dependencias anexas como consultorio médico, guardería, biblioteca, sala de mayores y jóvenes. El milagro de los panes y los peces.
El curica estaba siempre el primero en el tajo, porque otro de sus trabajos fue el de peón de albañil, además de currar como dependiente en almacenes Ayala. En esa época impulsó las CC OO del pequeño y mediano comercio en Cartagena. Antonio fundó y presidió la asociación de vecinos de Vista Alegre en 1977, pero antes estuvo, codo con codo, con sus vecinos afectados por el hundimiento de los techos de sus viviendas, debido a un problema de aluminosis. El constructor se desentendió, pero lograron demostrar, con el asesoramiento del abogado Manuel Martínez Pastor, que el empresario no se ajustó al proyecto de obra. Ganaron el juicio, como después cortaron la carretera y la vía del tren, desde las diez de la mañana a las dos de la tarde. El alcalde García Pagán los visitó y en quince días lograron semáforos, y el alcantarillado en un tiempo récord. Luego vino el asfaltado de calles y la lucha por el reconocimiento de la barriada en el Plan General de Ordenación Urbana. Y claro está, las 31 Semanas Culturales, de las que fui pregonero en dos ocasiones. Por ello me siento ligado a esta gente del colectivo cultural Visal que son capaces de propiciar un espacio único de cultura y debate. Antonio, estrechamente vinculado a la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), nos comentó que siempre lleva en su corazón a Jesús de Nazaret, cercano a los más pobres, a las prostitutas y marginados. Y resaltó la importancia de la oración, que recomienda a todo el mundo y a los políticos y banqueros. Su casa es la casa del pueblo y sigue ayudando a los vecinos necesitados, ahora de manera dramática.
A Kini también lo conozco desde hace muchos años, del Grupo Scout La Milagrosa y de las comunidades cristianas de base de Moncada-La Palma. Aludió en su discurso a la actividad intensa de la parroquia de San Diego con una ejemplar Cáritas parroquial y su centro de atención primaria para las familias necesitadas, comedor para niños, aula de informática y formación laboral, asociación juvenil, etc. Es obligatorio asistir al colegio para poder beneficiarse del comedor, formando parte de la estrategia de combate del absentismo escolar. Aquella zona de Cartagena se ha transformado, pasando de un barrio de clases trabajadoras y medias a lugar de asentamiento de familias inmigrantes y personas empobrecidas. También ha visto modificarse su fisonomía con el nacimiento del barrio universitario. Unos días previos a la Navidad quitaron los bancos de la iglesia para poder reunir en una gran cena a los niños del comedor con sus padres. Además cuentan con un coro de treinta voces, desde 1976 y un campamento para que los niños y jóvenes aprendan a convivir. Y los famosos viernes de San Diego, que desde el año 2007 ofertan conciertos, teatro, teatro leído, recitales de poesía, exposiciones de pintura, escultura, fotografía y conferencias y debates interesantes como el Más Allá en el antiguo Egipto: momias y sarcófagos, ecología y cristianismo, los orígenes del cristianismo y la arqueología, la crisis económica y sus consecuencias sociales, el voluntariado.
Todo este despliegue de propuestas responde al gran interés de Kini en el diálogo entre fe y cultura, que le llevó a ejercer como profesor de Antropología Filosófica y Cultural y Filosofía Moral en el Centro de Estudios Teológicos y Pastorales San Fulgencio de Murcia y le lleva actualmente a dirigir, con acierto, la Pastoral Universitaria de la UPCT. Por donde ha pasado ha sembrado inquietudes, así como párroco en El Raal tuvo mucho que ver con el impresionante belén viviente de aquella localidad huertana, en el que participa el pueblo entero.
Harto significativo es que los dos premios vayan a parar a personas e instituciones eclesiales próximas a los que sufren, en unos momentos en que sacerdotes y religiosos se manifiestan en contra de las consecuencias sociales de la reforma laboral y sanitaria, los desahucios y las jubilaciones millonarias de los banqueros. En un tiempo aciago de crisis económica e individualismo, hay luces que alumbran caminos. No seamos ciegos.

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